Al padre Enrique Opaso, director general de la Fundación Refugio de Cristo, que en seis casas atiende a 220 niños de entre dos y 18 años, y además cuenta con dos liceos, se le quiebra la voz al hablar de la infancia vulnerada. “Me emociono… veo a los niños todos los días”, dice a “El Mercurio” desde Valparaíso, donde trabaja con menores desvalidos.
El sacerdote se refirió al rechazo del informe de la comisión investigadora Sename II en la Cámara de Diputados, que puso un abrupto fin al trabajo de la instancia creada en mayo 2016 luego de la muerte de Lissette Villa (11) en un centro dependiente del Servicio Nacional de Menores.
-¿Por qué es tan grave para usted que haya sido rechazado el informe Sename II?
“Desde hace tres años que estoy participando en la Cámara y el Senado en conversaciones y en comisiones que abordan el tema de la infancia. Es tan dramático, que creo que más temprano que tarde habrá que declarar un estado de catástrofe nacional para atender en Chile, como corresponde, a más de un millón de niños vulnerados, de los cuales solamente 550 mil están bajo la tutela del Sename. Hoy, el tema horroroso de los recursos hace que la infancia vulnerada no tenga (el financiamiento) para poder sacarlos adelante, especialmente en el mayor tipo de pobreza que han tenido los niños en Chile, que es la grave Salud Mental. Para eso no hay recursos ni profesionales que estén disponibles para atenderlos en la red pública”.
-¿Cuáles son esos problemas de Salud Mental?
“Se lo voy a decir en cifras. La fundación ha tenido tres etapas. En los primeros 30 años los niños no tenían zapatos, y hoy tenemos 27 mil ex alumnos de esa época. En 1979 comienza a operar el Sename, que se demoró como cinco años en implementarse, y empezamos a vivir más complejidades, pero al mismo tiempo ayudó a ordenar el tema. Si hace 30 años nos costaba, en lucas de ahora, $220 mil por cada niño, con educación, vivienda, salud (…) Hoy día estamos gastando alrededor de $750 mil por niño, fundamentalmente por la complejidad en Salud Mental. Son niños que han sufrido mucho, que han tenido todo tipo de vulneraciones, abusos sexuales, de golpes, de abandono, de trabajo forzado”.
-¿Qué pasa con la subvención del Estado para estos hogares?
“La subvención que nos da el Estado no alcanza ni para pagar los sueldos de profesionales exigidos por el sistema. Cada día se hace más difícil mantener esto. Los niños sufren sobre todo con la Salud Mental. Este tema estaba puesto en el Sename II, que para nosotros era una tremenda oportunidad y estábamos súper contentos, porque se veía una tremenda luz al final del túnel. Pero, desgraciadamente, el informe del Sename, como todo ocurre en Chile, se mezcló con el tema político y, por supuesto, los niños no votan y era más interesante qué pasaba con las responsabilidades políticas. Lo que pido es que no se pierda el trabajo de un año”.
-Una de las defensas del Gobierno es la tramitación del proyecto que crea la Subsecretaría de la Infancia. ¿Es suficiente?
“Todas las instancias que puedan formarse, porque la gente que participa en esas comisiones para armar leyes es gente inteligente, que sabe; pero nosotros, los que vivimos (el tema) de los niños, necesitamos ayuda en Salud Mental; necesitamos aumento en la subvención, que podamos llegar al 70% de los recursos, porque nosotros somos colaboradores del Estado, pero finalmente estamos colaborando con ellos, haciéndoles la pega. Una superintendencia, un defensor del niño, todo eso es bueno, pero se va a demorar años en implementarse”.
Fuente: Economía y Negocios Online.